Hace más de una década, Filipinas volvió a conectarse con el mundo hispano a través de Marimar, una telenovela de Televisa protagonizada por la cantante y actriz mexicana Thalía.
El efecto de la serie fue tan tremendo que no sólo arrasó en los ratings sino también cambió por completo la faz de la televisión filipina. La primetime que hasta entonces estaba dominada por los noticieros abrió sus puertas y acomodó a esta telenovela, lo cual supondría el reinado de las series hispanoamericanas durante varios años después del estreno de Marimar. Thalía se convirtió en una estrella tan conocida en Filipinas que fue al país a grabar cuatro canciones en tagalo y visitar a Fidel Ramos, que en aquel entonces era Presidente de la República.
Tras tantos años de olvido, debido sin duda a la aparición de telenovelas de los vecinos Taiwán y Corea del Sur y la producción de un sinfín de series locales, Marimar ya está a punto de resucitarse, ahora con un elenco completamente filipino y un toque del sabor local, un proyecto gigantesco de la cadena GMA 7. Las playas de México las sustituyeron por las hermosas playas de la provincia de Zambales en la isla de Luzón. Corazón, la criada de los Santibáñez, ahora figura como una chica visaya que trabaja en un resort de lujo de la familia.
Although I still have some doubts on whether or not the Philippine version of the soap would reach the same status as did its Mexican counterpart (for one, the network banked on newbie Marian Rivera for the lead role), I see GMA 7's daring move as a manifestation of Filipino creativity that adapts foreign formulas to local tastes, and a good avenue to promote Philippine tourism to Filipinos and foreigners alike.
There's no denying that telenovelas are primordially based on simplistic narratives and that there's this huge possibility of reducing the image of femininity to gyrating bodies covered with seashells. But if GMA 7 would be able to somehow communicate something more substantial than what is seen superficially, or at the very least promote local tourism to a wider range of audiences, then probably Marimar would be worth its remake.
Desde aquí en España, esperamos la resurrección de Marimar.
El efecto de la serie fue tan tremendo que no sólo arrasó en los ratings sino también cambió por completo la faz de la televisión filipina. La primetime que hasta entonces estaba dominada por los noticieros abrió sus puertas y acomodó a esta telenovela, lo cual supondría el reinado de las series hispanoamericanas durante varios años después del estreno de Marimar. Thalía se convirtió en una estrella tan conocida en Filipinas que fue al país a grabar cuatro canciones en tagalo y visitar a Fidel Ramos, que en aquel entonces era Presidente de la República.
Tras tantos años de olvido, debido sin duda a la aparición de telenovelas de los vecinos Taiwán y Corea del Sur y la producción de un sinfín de series locales, Marimar ya está a punto de resucitarse, ahora con un elenco completamente filipino y un toque del sabor local, un proyecto gigantesco de la cadena GMA 7. Las playas de México las sustituyeron por las hermosas playas de la provincia de Zambales en la isla de Luzón. Corazón, la criada de los Santibáñez, ahora figura como una chica visaya que trabaja en un resort de lujo de la familia.
Although I still have some doubts on whether or not the Philippine version of the soap would reach the same status as did its Mexican counterpart (for one, the network banked on newbie Marian Rivera for the lead role), I see GMA 7's daring move as a manifestation of Filipino creativity that adapts foreign formulas to local tastes, and a good avenue to promote Philippine tourism to Filipinos and foreigners alike.
There's no denying that telenovelas are primordially based on simplistic narratives and that there's this huge possibility of reducing the image of femininity to gyrating bodies covered with seashells. But if GMA 7 would be able to somehow communicate something more substantial than what is seen superficially, or at the very least promote local tourism to a wider range of audiences, then probably Marimar would be worth its remake.
Desde aquí en España, esperamos la resurrección de Marimar.
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